«Inspirada en el cuadro del traslado al sepulcro de Antonio Ciseri, comienza esta marcha con unos acordes casi tenebrosos a los que responde un redoble de caja y timbal al unísono que representan el momento en el que la tierra tembló en la hora de la muerte de Cristo. La lentitud del discurso musical acompañada por un suave golpe de bombo en cada compás, marcan el caminar lento y tedioso del cortejo fúnebre.
En un tema intermedio, los gritos de dolor de María y la palabras de consuelo de San Juan, son plasmadas mediante unas llamadas de metal en fuerte, seguidas por una respuesta de la madera en piano.
Tras dicho tema intermedio, se retoma el tema principal con contrapunto de trompas, bombardinos, altos y tenores que aportan dramatismo en esta reposición del mencionado tema principal. Todo ello va muriendo, poco a poco diminuendo, con unas campanadas fúnebres que nos llevan a un trío, que aunque también en modo menor, se presenta menos trágico que el tema principal.
Dicho trío, repite en fuerte también con la aportación de un contrapunto que le iprime carácter y todo ello nos lleva al final de la composición en modo mayor que simboliza la Resurrección de Cristo».
Os dejamos con la versión personal de esta marcha en nuestro trabajo discográfico «Crucifixus»:
Jesús Navarro Muñóz
